Los cuarteles del escudo de Aragón: Cruz roja de San Jorge con cuatro cabezas de moros

Cruz roja de San Jorge con cuatro cabezas de moros
La superficie de este cuartel (campo) es de color blanco (plata) y una cruz roja (gules) lo subdivide en cuatro espacios. En cada uno de ellos se representa una cabeza cuyos rasgos físicos son de una persona de raza negra. Las cuatro cabezas de “moro”, como se les llama popularmente, ostentan unas diademas blancas cuyas ínfulas o cabos finales caen como serpentinas por detrás de las cabezas. En castellano la palabra “moro” ha servido para designar a las personas del norte de Africa donde estaba la antigua Mauritania, hoy en día Marruecos y Argelia, pero también se ha aplicado tradicionalmente para aludir a quienes profesan la fe musulmana.

Este motivo o emblema hace alusión a la conquista de Huesca en 1096, por el rey Pedro I, tras la batalla de Alcoraz. Se trató de una destacada victoria porque esta ciudad, la más importante de un amplio distrito musulmán que se extendía en su entorno, y bien protegida por sus notables murallas, fue la primera gran población que los aragoneses del Pirineo conseguían arrebatar de forma definitiva al Islam en las tierras que actualmente conforman la Comunidad Autónoma. Una notable victoria la conseguida en Alcoraz, llanada cercana a la ciudad, que permitió a los reyes de Aragón salir de las tierras pirenaicas y expansionar sus dominios por las tierras del Somontano aragonés, paso previo a la anexión, poco después, de las fértiles huertas del Valle del Ebro y sus ricas ciudades.

La «Crónica de San Juan de la Peña», escrita en el siglo XIV, y más concretamente hacia 1370, recoge la tradición de dicha conquista adornada de gran número de detalles que pertenecen al mundo de la tradición y la leyenda. En ella se alude a la presencia de San Jorge, el santo mártir de Capadocia, un valiente oficial romano que, según la tradición, fue sometido a innumerables tormentos por declararse cristiano. La fecha de su muerte se sitúa en el día 23 de abril, en el transcurso de la persecución decretada por el emperador Diocleciano del año 303.

Su devoción fue notable desde tiempos muy tempranos, sobre todo en Oriente. En Europa Occidental su culto arraigó algo más tarde y de manera muy especial tras las Cruzadas que desde 1096 llevaron a numerosos europeos hasta Bizancio y Tierra Santa. Desde el siglo XII la figura de San Jorge quedó vinculada como protector de los caballeros y ejércitos cristianos. En aquellos tiempos medievales tuvo mucha difusión un relato en el que se explicaba la ayuda e intervención de San Jorge en una batalla que se desarrollaba en la conquista de la ciudad de Antioquía, en Próximo Oriente, en la que un caballero alemán fue descabalgado mientras combatía, pero San Jorge, que ayudaba a la victoria de los cruzados, lo recogió y lo subió a la grupa de su propio caballo. De forma prodigiosa dicho caballero alemán se encontró luchando en Alcoraz, ayudando a las tropas del rey Pedro I de Aragón.

El gran historiador Jerónimo Zurita redactó en sus famosos Anales de Aragón las siguientes palabras al tratar del rey Pedro I (1094 - 1104):

Escriben los autores modernos que entonces tomó el rey por sus armas y devisas la cruz de Sant Jorge en campo de plata y en los cuadros del escudo cuatro cabezas rojas por cuatro reyes y principales caudillos que en esta batalla murieron; y estas armas quedaron de allí adelante a los reyes de Aragón”.

Por otra parte en la «Primera Crónica General» del rey Alfonso X de Castilla se anotó, sin embargo, que este motivo era propio del sucesor de Pedro I, Alfonso I de Aragón (1104 - 1134):

“Este rey don Alfonso de Aragón el Batallero traía las armas del campo blanco y la cruz bermeja, y en los cuatro cuarteles del campo traía cuatro cabezas de moros negros y hacía esto por cuatro reyes moros que venciera y matara en un día en una batalla” y es que el futuro Batallador se destacó de forma sobresaliente en el choque armado de Alcoraz que permitió a su hermano, el rey Pedro I, adueñarse de la Huesca islámica.

Para algunos investigadores hay indicios de suficiente consistencia para poder mantener la hipótesis que este emblema pudo servir como escudo privativo del reino de Aragón.

En la Edad Media muchos reinos y ciudades se pusieron bajo su protección y también fue el patrón del viejo reino de Aragón.

En la actualidad suele denominarse este motivo como “Alcoraz” o “Aragón moderno”.